Con KIOSCO EXCHANGE celebramos la décimo cuarta edición Judi Slot Online Gampang Menang 2022 de EXCHANGE Live Art el otoño del 2017 en la ciudad de Granada (España). Se trata de uno de los tres proyectos seleccionados para el “Proyecto Kiosco” que El Centro José Guerrero convoca por segundo año para intervenciones en un kiosco de la emblemática plaza de Bib-Rambla de Granada.
KIOSCO EXCHANGE toma este kiosco y la plaza como sede de dos laboratorios de creación de arte vivo. Participan las artistas Ana Matey e Isabel León (creadoras del proyecto) junto a los artistas invitados Ignacio Pérez (Venezuela-Finlandia) y Fausto Gracia (México-Brasil). Esta propuesta reflexiona sobre el espacio público como lugar de situs judi slot online gampang menang creación e intervención a partir de la experimentación in situ. KIOSCO EXCHANGE se estructura en dos fases, integradas cada una por laboratorio, charla y performance final.
El trabajo en este laboratorio surge a partir de diferentes propuestas que los tres artistas hacemos al resto del grupo. Estas propuestas están basadas en intereses e inquietudes personales que, al ser compartidas con el resto, adquieren nuevos significados. Cada día de trabajo es nuevo, y en ellos aparecen estímulos y motivaciones diferentes.
Observamos la dificultad de trabajar en el espacio público y la incomprensión de muchos de los transeúntes, que piensan que se trata de espectáculos callejeros con los que tienen que colaborar económicamente si se quedan a verlos.
Esta situación nos empuja a realizar una acción-intervención enfocada a establecer una comunicación directa con la gente de la calle. Para ello, utilizamos cartones sobre los que escribimos diferentes mensajes en los que, de alguna manera, ofrecemos nuestra personal explicación sobre el proyecto en sí y sobre el arte y la vida en general.
Fotografía MATSUestudio
Fotografía Carmen Rivero
Para la acción final decidimos utilizar uno de los elementos que más protagonismo tuvo durante el laboratorio – la caja de cartón – y utilizarla en relación a otro material del laboratorio. Se trata de una partitura sencilla accionada simultáneamente por las tres artistas: salir de la caja y relacionarnos con los materiales. Cada cual la lleva a cabo desde su enfoque personal.
En este segundo laboratorio, Ana e Isabel no partimos de cero, ya que la experiencia previa en el primer laboratorio nos empuja a querer enfocar este segundo laboratorio de manera diferente. Así pues, proponemos a Fausto, llevar a cabo un proyecto con una sóla idea central pensada para este lugar específico, y desarrollarla de manera más profunda y pausada. Nuestra propuesta encaja completamente con sus intereses actuales, y así comenzamos con una puesta en común de intereses e ideas para trabajar en el Kiosco y la Plaza de Bib-Rambla.
Hay varios aspectos que nos interesan: la plaza con sus características físicas actuales (losetas de piedra en el suelo, kioscos con venta de souvenirs, publicidad por todas partes, restaurantes con https://cursoisolin.com.br/situs-judi-slot-online-gampang-menang/ sus terrazas para turistas) y su historia más reciente (en estos kioscos vendían flores no hace muchos años). Por otro lado, queremos llevar a cabo una acción que se integre en la propia plaza, que se salga de la idea espectacular de performance, y que suponga un proceso largo de investigación y experimentación.
Así surge la idea de trabajar en un “Huerto Utópico”, proyecto que se basa en el deseo de conseguir algo muy difícil, en la belleza del proceso de intentarlo, en el valor de la imposibilidad. Se trata de plantar y cuidar semillas de plantas comestibles (lechugas, rúcula y rábano) en las grietas entre las baldosas del suelo.
El huerto lo llevamos a cabo dentro de un espacio desdoblado frente al kiosco, con sus mismas dimensiones y distribución. Cada día vamos dando pasos y resolviendo inconvenientes como evitar las máquinas limpiadoras que arrasan con todo, las pisadas de los transeúntes, la lluvia torrencial que ahoga los brotes… Trabajamos (accionamos) varias horas al día en nuestro huerto, y la relación que se va estableciendo con los transeúntes es cada vez más intensa y amable.
Fotografía MATSUestudio
Fotografía Rafa García Artiles
En la acción final, decidimos cerrar todo el proceso de creación realizado como si de un rebobinado se tratase, yendo hacia atrás hasta dejar la plaza y el kiosco como nos lo encontramos, utilizando los diferentes elementos que han estado presentes durante todo el laboratorio. Trasplantamos los brotes que consiguieron crecer y los regalamos a los asistentes… regamos, limpiamos la tierra y despegamos las cintas que delimitan el espacio. Desmontamos este huerto utópico, con una mezcla de alegría por esos brotes que crecieron, y tristeza por la imposibilidad de que sigan creciendo allí. Por ello al día siguiente regresamos para transplantarlos y no dejarlos morir, regalandoselo a los transeúntes quienes quedaban perplejos de que no les pidieramos dinero a cambio.